martes, 12 de junio de 2007

El servicio doméstico emplea a inmigrantes en semiesclavitud

Reproducimos a continuación el artículo que aparece en portada de malagahoy.es fechado el martes 12 de Junio de 2007, y que esperamos os interese tanto como a nuestra asociación.

«10/06/2007 8:28 REBECA TOBELEM - MÁLAGA

Cuando una mujer se aleja miles de kilómetros de su casa para llegar a un país extraño sin saber el idioma; comparte vivienda con otra decena o veintena de inmigrantes a los que no conoce de nada y todavía no sabe que puede acudir a la Policía o al hospital si lo necesita es capaz de aceptar cualquier puesto de trabajo. Los empleadores lo saben y lo utilizan.

Las ONG y sindicatos de Málaga que trabajan con inmigrantes denuncian una imparable avalancha de ofertas de trabajo para servicio doméstico que encierran condiciones laborales cercanas a la esclavitud. No las aceptan, pero tienen la certeza de que éstas, al final, se terminan cubriendo. Algunas de las ofertas que han llegado recientemente a la sede de la Asociación al Servicio de la Investigación y la Tecnología (ASIT) en La Palmilla son estremecedoras, según cuenta el coordinador Tomás Pérez. En Rincón de la Victoria una familia pedía una empleada de hogar para trabajar de nueve de la mañana a dos de la tarde y de cuatro a seis por 500 euros al mes, sin alta en la Seguridad Social. La mujer debía llevar cofia y uniforme y, “bajo ningún concepto”, podía permanecer en la casa en sus dos horas de descanso, ni mucho menos comer allí. Otro matrimonio solicitaba una mujer interna para cuidar a una persona mayor de día y de noche, con la tarde del domingo libre y un sueldo de 500 euros. El trato de esta familia es de tal humillación hacia la empleada que, según indican desde ASIT, más de 30 mujeres han pasado por la casa.

Otra familia quiere pagar 500 euros de sueldo al mes a una mujer que limpie la casa, haga la comida y cuide de un familiar mayor sin ningún día de descanso, con la obligatoriedad añadida de limpiar las casas de varios familiares. En ASIT devolvieron la oferta, pero esta familia ha terminado encontrando a alguien y con esas condiciones. Las ofertas de este tipo llegan con insistencia hasta las sedes de organizaciones como el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL) o Málaga Acoge.

Hasta tal punto, que Málaga Acoge ha decidido poner en marcha una campaña de sensibilización para dignificar la profesión de empleada de hogar e intentar contrarrestar la tendencia reclamando contratos. En el servicio de inmigración del sindicato UGT en calle Alemania de la capital reciben a diario “casos espeluznantes”, según indica María Auxiliadora Jiménez, delegada sindical de Igualdad y Políticas Sociales. “Hemos atendido a mujeres que venían con el carrito de la compra directamente desde el mercado Central para preguntar si les está permitido pedir una tarde libre”, dice Jiménez. Cuando en UGT les explican que aunque trabajen como internas deben ceñirse a las ocho horas y que al terminar pueden hacer lo que quieran “se quedan con la boca abierta”.

En el MPDL, donde atienden a una media de 1.000 inmigrantes al año, sostienen que ellos piden un mínimo de 600 euros y alta en la Seguridad Social, siempre que se trate de un trabajo de lunes a viernes, no por horas, donde el límite se sitúa en los siete euros la hora. Mónica Palomino, de MPDL, cuenta que los malagueños cada vez piden más internas, aunque se trata de un tipo de trabajo que sólo aceptan las inmigrantes que acaban de llegar y por tanto se encuentran en peores condiciones. Algunas de las últimas ofertas que han llegado a la sede de MPDL son esclarecedoras. La semana pasada una mujer reclamó una interna que hablara español, supiera cocinar y que sólo descansara una tarde a la semana, a cambio de una retribución mensual de 400 euros. Esa misma semana un matrimonio con una situación económica holgada quería una mujer que trabajara de lunes a sábado entre las cinco de la tarde y las nueve de la noche en tareas de limpieza y cuidados a un anciano por 300 euros sin seguridad social.En otras ocasiones hay mujeres que trabajan en una casa interna sin cobrar, a cambio de alojamiento y comida. Le pasó a Alicia, joven paraguaya que cuando encontró el trabajo, incluso, respiró aliviada. Recuerda que la primera noche que pasó en la casa de la familia que le había dado el trabajo durmió de un tirón durante toda la noche. Estaba tranquila. “Yo estaba en un piso muy antiguo con ocho personas más y siempre estaba entrando y saliendo gente que yo no conocía y muy sucio”, recuerda. En cualquier caso, en cuanto pudo se marchó de aquella casa. Hoy trabaja por horas en tres domicilios y se ha dado de alta por su cuenta. Aunque recuerda aquella época como negativa, todavía mantiene contacto con la familia y dice que le “salvaron la vida”.Rosa Ortuño, de CCOO, cuenta indignada el último caso que tramitó: “Era una chica ucraniana que dormía en el patio interior de la vivienda de una familia; cuando la sacamos de allí ella lloraba porque quería mucho a los niños”».

Enlace a la noticia orignal en malagahoy

Enlace al MPDL - Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad

Enlace a ASIT - Asociación al Serivicio de la Investigación y la Tecnología

viernes, 8 de junio de 2007

Cátering IES Gerardo Diego - 08.06.2007

Aquí tenemos una pequeña muestra de lo que se pudo disfrutar en la entrega de la orla del Instituto Gerardo Diego (Pozuelo):




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